ORDESA

ORDESA

RESPIRANDO OTOÑO
     
     Acercándonos ya hacia finales del mes de Octubre, el otoño estaba a punto de llegar a su momento más álgido. Tocaba salir en su búsqueda, tocaba viajar... El año pasado me acerqué hasta la Selva de Irati en Navarra, que lucía majestuosa, en todo su esplendor. Este año tocaba como destino una ubicación que llevaba tiempo marcada en rojo en mi cabeza. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo oscense. Tocaba organizarlo. Vuelo a Barcelona, coche de alquiler, hotel y a disfrutar. 
     Madrugón y vuelo a primera hora hasta la ciudad condal, allí recogí el coche de alquiler y enfilé hacia Torla, donde tenía reservado el hotel. Tras tres horas y media al volante, llegué justo antes de la hora de comer. Así que, avituallamiento rápido y al lío.
     En Torla me esperaba el fantástico grupo de compañeros con el que compartía aventura, comandado por Pablo Ruiz García, excelente fotógrafo y guía. Estas escapadas fotográficas son intensas, forjan grandes amistades y desvirtualizan compañeros a los que seguías en diferentes redes sociales. 
ORDESA

     El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se configura como un espacio natural protegido ubicado en el Pirineo oscense, cuya superficie se reparte entre los términos municipales de Broto, Bielsa, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla-Ordesa.      

     Es el segundo parque nacional más antiguo de España (16/08/1918). Con 600000 visitantes al año, es el séptimo parque nacional en número de visitantes.

​     Actualmente, aparte de Parque Nacional, goza de diferentes figuras de protección: Reserva de la Biosfera desde 1977, declarado Zona de Especial Protección para las Aves desde 1988 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1977.

RUTA POR LAS CASCADAS

   
     Más que seguir un orden cronológico, esta vez permitidme que siga un orden geográfico, pues varios días repetimos ubicación, por lo que parece más correcto ir recordándolo y narrándolo así. 
     Llegamos a la zona del aparcamiento de Ordesa, a la llamada Pradera. Recorrimos toda esta parte baja, adentrándonos en las zonas arboladas, buscando detalles y escenas curiosas, cargadas de colores de otoño. Tocaban esos pequeños paisajes dentro del gran paisaje, esos que tanto me gustan. Y sí, tocaba el teleobjetivo.
     Luego dejamos atrás esta zona inicial del Parque y comenzamos la ruta que nos llevaba a las cascadas, ascendiendo paralelos al Río Arazas. Cascada de Arripas, Cascada de la Cueva, Cascada del Estrecho, ... Se iban sucediendo, con sus colores, con su agua, con su belleza, ... Y era impresionante ver cada una de ellas desde distintas zonas y perspectivas. Paramos con calma, disfrutándolas. Sin duda, un espectáculo a recordar.
     De vuelta, a reponer energías con esa chistorra y esa longaniza del valle... Otro espectáculo que no debes perderte.
BUJARUELO

      Pasado Torla, justo antes de la barrera que impide el acceso de vehículos hacia Ordesa (según épocas), a mano izquierda sale la carretera hacia la zona de Bujaruelo, que discurre paralela al Río Ara. 
   Ascender por esta carretera estrecha es una auténtica delicia por las vistas sobre el río y el valle que se abre a su paso. Hay que dejar el vehículo a un lado, en alguna de las pocas zonas en las que se puede, para poder bajarse y disfrutar de los muchos rincones que ofrece y de las muchas opciones que muestra para fotografiar.
     El inconveniente es esa pequeña y estrecha carretera de subida hasta el Valle de Bujaruelo, que se hace complicada con tráfico. El primer día pudimos disfrutar sin problema, pero el último, domingo y puente, a duras penas pudimos llegar hasta un poco más arriba del Puente de Santa Elena. Si seguíamos nos íbamos a meter en un atasco monumental. Sí, un atasco en la montaña ...
AÑISCLO

     El cañón de Añisclo o del Río Bellos se sitúa al sur del macizo de Monte Perdido, discurriendo en línea recta en dirección Sur durante más de 10 km, desde los pies del mismo Monte Perdido, hasta la confluencia con el valle del río Aso.
     Tocaba madrugar y apurarse, pues la capacidad del pequeño aparcamiento de San Urbez es poca y se llena rápidamente. La alternativa es aparcar arriba y darse luego una buena pateada hasta abajo. Sí, hacia abajo todo va bien, pero la vuelta, cuesta arriba con la mochila, cámara, objetivos y trípode supondría un pequeño gran desafío. Hubo suerte, ocupamos casi las últimas plazas disponibles. 
     Fuimos siguiendo la ruta junto al Río Bellos, disfrutando de los paisajes y parando cada poco. Pero el objetivo estaba claro: la haya de Añisclo. Quizás, el árbol más famoso de los Pirineos. Espectacular y precioso, vestido con sus mejores galas en otoño. 
     El temor era que estuviera saturado de gente, pues el sitio es pequeño. Pero no, encontramos la haya sola, como esperándonos. Y preciosa, bailando sobre la cascada, en equilibrio y armonía. ¡Qué maravilla!

      
MIRADORES DE ORDESA

   Nos quedaba otro gran objetivo. El atardecer y puesta de sol en los miradores de Ordsea, con vistas al macizo y al valle. 
Hicimos el acceso desde Torla, contratando un vehículo 4x4 autorizado. La subida es muy larga y muy empinada y el acceso sólo está permitido a vehículos autorizados. La alternativa de subir andando nos haría perder un montón de tiempo y la bajada ya sería totalmente a oscuras. Inviable. Queríamos disfrutar del atardecer y la puesta de sol con calma, sin prisas. Disfrutando cada luz y cada momento. 
     Y vaya si lo hicimos. No fue la luz mágica que Pablo pudo disfrutar unos días antes allí arriba. Pero fue igualmente brutal. Y, para compensar, unas nubes mágicas, de esas que se ven escasas veces, coronaban el macizo de Ordesa. 
     Allí nos quedamos, aprovechando hasta el último rayo de sol, hasta que comenzó a caer la oscuridad. Y tuvimos de todo. El gran paisaje, panorámicas, pequeños detalles, ... Una última noche de magia allí arriba.
     Y una cena especial abajo, en el Albergue Casa de Broto, donde Indre nos atendió como en casa. Muchas gracias.

DESPEDIDA

     ... Y todo lo bueno se acaba. Se acaban cuatro fantásticos días, disfrutando del espectáculo de Ordesa en Otoño, algo que no te puedes perder. Y disfrutando con un grupo de compañeros genial, con los que aprendí, compartí y me reí mucho. Me llevo muchas amistades y muchos conocimientos. Muchas imágenes, en la cámara y en la retina. Y muchas gracias, Pablo y todos.
     Quedaba la vuelta en coche hasta Barcelona para coger el avión. Y claro, también en ese trayecto había pequeños paisajes, pequeñas escenas, ... 
Sí, lo sé, que vicio. 

Puedes ver más fotos de Ordesa en la Galería​​​​​​​ FALL IN ORDESA

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